Por Jorge Ostos | 24 de Mayo, 2013
Cuando leí
el poema de abundante envoltura satírica “La
Hora de Todos y la Fortuna con Seso”, del ilustre escritor español
Francisco de Quevedo, pude percatarme que ésta obra no era solo un importante
poema del Siglo de Oro, sino que
parecía un tipo de predicción de algún burdo astrólogo. A lo largo de esta
obra, Quevedo pretende censurar personajes, costumbres, grupos sociales, tipos
y episodios concretos de su época, así como considerar aquel presente del mundo
un caos. El texto no menciona nombres propios. De este modo, el autor renuncia
al lenguaje directo y hace uso de un lenguaje encubierto que le permite -por
decirlo de algún modo- guardarse las espaldas ante la dura crítica social que
encierra la obra. Cabe destacar, que personalmente pienso que ésta obra poética
de Francisco de Quevedo, no se aleja un tanto de la realidad social de nuestro
mundo contemporáneo.
En
nuestros tiempos, muchos hacen críticas sociales al igual que lo hizo Quevedo
hace ya varios siglos; una crítica encubierta, una crítica tímida; están otros
que prefieren callar para no ser juzgados o menospreciados –tanto en un grupo
pequeño, como a vox populi ante la sociedad- y entre retraídas críticas y
cohibidos pensamientos, siguen dándose sin percance, cambios sociales y
morales. Pero ya es hora de que llamemos cada cosa por su nombre, usemos un
lenguaje directo y hagamos oír una voz contracorriente.
Ahora, ¿el
mundo actual realmente es sinónimo de caos? Por consiguiente ¿el mundo actual
está en caos? y si es así ¿el mundo sigue encaminado hacia el caos? Yo pienso
que la respuesta a estas cuestiones es un rotundo “si”; generando este
afirmativo veredicto, no una satisfacción absoluta producto de sentenciar estas
interrogantes, sino todo lo contrario, no dejan de girar dentro de mí febriles
pensamientos, que sólo me traen un absoluto desasosiego.
Partiendo
de eso, vamos a acariciar en su máximo extremo, una supuesta inversión en la
cual estaría sumergido el mundo actual.
En un
mundo al revés, los pájaros le tirarían a las escopetas. En un mundo al revés,
el político cumple, cumple y cumple; y el pueblo lo roba. En un mundo al revés,
el banco haría colas frente a nuestras casas para pagarnos. En un mundo al revés,
la mujer sería aficionada al fútbol y los hombres a las telenovelas. En un
mundo al revés, las mujeres no apuntarían bien en el inodoro. En un mundo al
revés, los niños regañarían a los padres. En un mundo al revés, las mujeres
corretearían a los hombres y los hombres a otros hombres. En un mundo al revés,
en un callejón oscuro te interceptarían para darte dinero. En un mundo al
revés, lo triste sería alegre y lo alegre sería triste. En un mundo al revés,
un consejo sería un insulto. En un mundo al revés, las madres se extrañarían
que sus hijos sean sanos.
Una vez
un gran amigo me prestó un monólogo de humor, donde quedé marcado por una frase
del gran humorista venezolano Claudio Nazoa: “Los programas serios dan risa y los programas de humor dan rabia”.
Esta frase evidencia en gran parte el actual “patas arriba” en el cual está
nuestra sociedad. Es alarmante ver la degeneración que viene experimentando la
sociedad en los últimos cientos de años, aún me atrevo a decir que miles de
años. A diario, veo noticias que me hunden en un inmenso océano de dudas y
pesar, haciéndome sentir que estoy en un onírico sueño de grotescas fantasías.
La legalidad de narcóticos, drogas y algunos tipos de sustancias en todo el
mundo. Sustancias comprobadas científicamente como nocivas para el cuerpo, para
la mente, y que afectan directamente algunos sistemas del organismo humano como
el sistema nervioso, el sistema respiratorio y el sistema sanguíneo. Drogas que
degeneran la conducta y la voluntad humana; sustancias en las cuales muchos han
violado, matado, secuestrado, y otros se han suicidado a causa de los efectos
de ellas mismas. Mucha de nuestra juventud, si ya no está dependiente de las
drogas, está en este momento comenzando a experimentar con ellas. Sin dejar de mencionar
el crecimiento de la violencia y la corrupción.
El
desborde del libertinaje sexual. La ropa cada vez tiene menos tela. Las faldas
para las mujeres cada vez son más pequeñas, y lo peor es que la moda alrededor
del mundo, es como una corriente que lleva a todos a restarle tela a la ropa.
Hace algunas décadas, una mujer que mostrara las piernas descubiertas, los
senos descubiertos, el ombligo descubierto; era un insulto, y sólo las mujeres de la calle y de la industria
pornográfica lo hacían. En la actualidad, la humanidad va eliminando poco a
poco límites, rebajando las normas morales y adaptándolas a nuestros propios
pensamientos, comenzando a llamar “bueno” a lo malo y “malo” a lo bueno;
llevándonos a perder la perspectiva de nosotros mismos. Unos años atrás, los
materiales pornográficos eran escondidos y protegidos con la mayor seguridad
posible, y el acceso del público a éste material, era completamente limitado.
Hoy en día, vemos imágenes pornográficas desde la publicidad, hasta en los
kioscos donde se vende material impreso. Cualquier niño o niña que pase frente
a uno de estos sitios, tiene libre acceso a estas imágenes; y si referimos la Internet nos damos cuenta que la facilidad de acceso por partes de nuestros
niños y niñas es sorprendentemente alarmante.
A los
criminales los llaman muchas veces “víctimas de la sociedad”, al robo lo
maquillan con “expropiar” y al crimen como “eliminar”. Vamos año tras año suavizando
la maldad. Vemos que el enriquecimiento de la industria pornográfica está en su
mayor auge. La disminución de la censura en la TV y en la publicidad en
general. Hace algunos años a los homosexuales los llamaban “enfermos”; hoy en
día son muy bien aceptados en casi todo el mundo, y todos sabemos que ya es
legal en muchos países la adopción y el matrimonio por parte de homosexuales. La
búsqueda por la “igualdad” y la aceptación de un “tercer” género cuando desde
el principio -seas creacionista o seas evolucionista- la creación fue hombre y
mujer, al igual también presenta la teoría evolucionista. El hombre mediante varias
corrientes filosóficas del siglo XX, ha creído ser Dios. El hombre cree saber
qué es malo y qué es bueno, así mismo, cree determinar sus límites. El hombre
cree que él puede determinar el sexo. Con el pasar de los años y de los siglos
las mujeres se vuelven más masculinas y los hombres se vuelven más femeninos. Se
ha generado un amalgamiento de los sexos, tanto así que a veces vemos chicas
que no sabemos si son hombre o mujer; y viceversa también, vemos chicos que
cuesta diferenciar lo que realmente son. Ésta dificultad para hacer diferencias
biológicas, se va convirtiendo cada vez más, en una “Misión Imposible” y no
precisamente con Tom Cruise.
La
virginidad, actualmente, es una vergüenza para muchos chicos y para muchas
chicas. En la Edad Media aproximadamente, el cinturón de castidad se usaba para
para evitar las infidelidades o deslices sexuales, y éste fue
muy popular en el siglo XIX en Inglaterra; obviamente muchas lo usaban en
contra de su propia voluntad. Yo pienso que no es cuestión de restringir o usar
un “cinturón de castidad”, sino la importancia y valor que tú le des a tu
propio cuerpo. Te aseguro que ninguna persona que lee esto, se atrevería a ingerir
un chicle que haya sido masticado por unas 10 personas más ¿cierto? Así es la
virginidad y la relación sexual, como un chicle que debería ser masticado por
una sola persona. El mundo está tan al revés, que la única diferencia entre las
prostitutas y algunas chicas jóvenes y mujeres adultas –incluso hombres- de la
actualidad, es que no hay dinero de por medio al momento de entregar su cuerpo.
Y así infinidades de puntos –no solo sobre las drogas y la sexualidad- que
podríamos tratar, en los cuales vemos evidenciada la voltereta que el mundo y
la sociedad han dado.
Anteriormente
mencioné algunos puntos “extremos” de las “patas arriba” del mundo, los cuales
no concluí con toda la intención. Quizás te reíste por el sentido jocoso que
tienen los ejemplos. Quizás no te reíste, porque tengas un mal sentido del
humor o porque yo no se escribir chistes. Sin embargo, en lo que estoy
completamente seguro que tú y yo compartimos, es que algunos de esos “extremos”
llamados así por mi mismo, no son tan “extremos” como parecen. Muchas veces
escuché decir a mi tía “los excesos nunca son buenos”, sentencia en la que
estoy de acuerdo y probablemente tú estés también, pero ¿hay mucha diferencia entre
un exceso y un extremo? Yo opino que no. Entonces no estamos lejos ya de los
extremos. Los extremos se están volviendo puntos medios, y si los extremos se
están volviendo puntos medios, ¿no es esto peligroso? Si el extremo de la
azotea de un rascacielos es tu punto medio ¿no es eso peligroso? Si el borde o
extremo de un precipicio es tu punto medio ¿no es esto peligroso? Déjame
decirte que aquí eso de “todo es relativo” no existe. Todos los extremos y
excesos, sean para unos “buenos” y para otros “malos”, igual todos te llevan a
la completa degeneración humana. Tu puedes ver las drogas como “buenas”, y otra
persona la puede ver como “mala”, pero si los dos la consumen, tendrán los
mismos efectos o ¿no? Si piensas que acostarte con muchas mujeres o muchos
hombres es “chévere”, y hay otra persona que piensa que no, pero los dos hacen
esto, los dos de igual manera podrían contraer alguna enfermedad o ¿no?
Entonces, no es cuestión de estupideces como “todo es relativo” o “no seas anticuado”;
es cuestión de que es así, y testimonios y casos que lo demuestran hay hasta
“para tirar pal’ techo”.
Vivimos
en un “Mundo Al Revés”, esto quiere decir que si el mundo está al revés, todos
en teoría están también de esta manera. Quizás, esa es la razón por la cual no
estás de acuerdo conmigo, puesto que los dos estamos en posiciones opuestas. En
mi punto de vista, debemos analizar a profundidad los cambios significativos morales,
legales, otros; que se han generado en el mundo, como también los movimientos y
cambios actuales y por venir. Pienso que es hora de reaccionar del letargo en
el que muchos nos encontramos y comenzar a nadar contra la corriente de la
sociedad, nadar con vigor contra la fuerte corriente en la cual muchos se dejan
llevar alienados e hipnotizados, hasta un mismo rumbo de profundidad abismal.
Entre
metáforas mitológicas y críticas sociales de la obra de Quevedo, yo
personalmente pude extraer la conclusión de que el mundo es y será siempre un
caos. La Hora de Todos y la Fortuna con Seso, fantasía moral surgida
de la aguda mente de su autor (que supo escribir los versos de amor más bellos
de su época, pero también los más hirientes y corrosivos) supone una visión
aciaga de la realidad, tal es así que el propio Quevedo escribirá: “Para las
enfermedades de la vida, solamente es medicina preservativa la buena muerte”.
Buena muestra de la vehemencia que se emplea en muchos de los cuadros que
componen esta obra.
Si el
mundo está al revés, no estés patas arriba junto con él, sé diferente a los
demás y colócate de pie para que puedas caminar y correr hacia la meta.
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Sigue a Jorge Ostos en Twitter @jojotohead
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Buenos noches. Señor Jorge Ostos, estoy de acuerdo con usted en muchos aspectos. Uno de ellos, es que sin duda alguna Francisco de Quevedo es un escritor fabuloso. Y Otro, es que no me reì porque no sabes escribir chistes, definitivamente lo tuyo es el humor negro. Jejeje. No mentiras, la verdad estoy de acuerdo en estamos en un mundo al Revès, y me encantarìa que para su próximo articulo, hablara un poco sobre como la internet nos ha alejado del entorno en el que nos encontramos, en especial, las redes sociales. Segùn estudios realizados, se dice que cada 5 min estamos revisando estas redes, y me pregunto, ¿Cuanto tiempo invertimos en escuchar a nuestra madre? a nuestros amigos? en buscar noticias de economìa, politica, y otros aspectos relevantes. Hay que ver, entonces, si la vieja profecìa de que la maquina dominarìa al hombre, es hoy un realidad.
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